Hoy me he preguntado: ¿y si esta es toda mi vida? Me refiero, ¿y si esta nada que estoy haciendo ahora es la que haré por siempre?
Creo que todo este tiempo he estado sentada en la sala de espera de un hospital mientras alguien moría en el quirófano. ¿Por qué no era yo la que moría dentro de la sala? Toda mi vida está orientada a transformarme en el testigo de los acontecimientos y no en ser la protagonista de mis propias desgracias. No puedo conmigo. Bueno, quizá nacía para ser periodista, correr tras la vida de otros y, después de todo, no me he confundido de carrera.
¿Y si esta será mi vida? Me asusta la idea de siempre ser yo la que está en la sala de espera, pero me siento incapaz de irme de ella. Es como si yo misma hubiera anclado mis pies al suelo.
Justo hoy (bueno, no es como si no lo hubiera concebido antes) sentí el acoso insufrible de la vida detrás de mí. "Me has desperdiciado". Quizá es eso y sí he desperdiciado mi tiempo por estar esperando a que algo suceda o simplemente me encanta autocompadecerme. Pienso que quizá debería estar ahora en un laboratorio de Ginebra (digo Ginebra porque suena agradable) creando una nueva teoría científica o tratando de crear agujeros negros en una cápsula o buscando agujeros de gusano reales. Debería hablar español, inglés y ruso o alemán y estar casada con una mujer que trabaje conmigo. Ser como los esposos Curie. Pero no, no pasa nada de eso y estoy sentada en mi sala tomando café mientras una compañera mía redacta un trabajo y me interrumpe la mar de veces.
Quiero volver a ser niña y rehacer mi vida, pero supongo que sería injusto que por avatares del destino eso suceda. Seguro hay muchísimas personas que también desean estar en un laboratorio en Ginebra casadas con una Marie Curie (quizá no tantas).